lunes, 29 de agosto de 2011

habilidad
Las primeras investigaciones sobre el desarrollo motor se dirigían a la evolución de; la rapidez de los desplazamientos, el alcance de los lanzamientos o la altura de los saltos. Posteriormente y gracias al desarrollo técnico dichas investigaciones lograron cada vez mayor precisión hasta describir de manera metódica la evolución de los comportamientos del individuo en los patrones motores básicos.


Hoy en día para analizar las habilidades de los deportistas se realizan estudios biomecánicas que analizan; los movimientos corporales que se realizan durante la ejecución de los gestos, las fuerzas ejercidas sobre las superficies (carreras) o sobre los objetos (lanzamientos) y en las acciones de golpeo (balón, pelota...).
Los patrones motores básicos se dividen en :
- las habilidades locomotrices
- las habilidades no locomotrices
- las habilidades para recepcionar o proyectar un objeto.


 La evolución general en dichas habilidades se va consiguiendo a medida que se logra mayor efectividad en las acciones y siguiendo siempre la misma secuencia pero con un desarrollo en el tiempo diferentes para cada individuo;
- una mejor posición corporal para aplicar las fuerzas de propulsión (bien sea desplazamiento, lanzamientos...).
- una mejor aplicación de la fuerza.
- una mayor fluidez y coordinación del los movimientos.
- una mayor cantidad de movimiento (frecuencia en carrera, velocidad en lanzamiento...).
- una mejor técnica de carrera, lanzamiento (coordinando secuencias, tiempos, diferentes gestos a la vez...).

La evolución de las habilidades motrices con respecto a la edad tiene cuatro periodos fundamentales:
1º) Motricidad refleja. Desde que se nace hasta el primer año se desarrollan los automatismos primarios; agarrar, marchar (gatear, comenzar a andar...).
2º) Motricidad rudimentaria. Desde el primer hasta el segundo año se asientan los patrones motrices básicos de la etapa anterior (andar, correr, agarra, soltar...).
3º) Motricidad fundamental. Desde el segundo año hasta el sexto-séptimo se adquieren habilidades motrices de transición a través de los juegos; saltar, tirar, golpear...
4º) Motricidad deportiva. A partir de los seis- siete años se produce el aprendizaje de las habilidades deportivas propiamente dichas.
Un aspecto muy importante que se debe tener en cuenta es que a la edad de seis-siete años los patrones motores básicos y los automatismos dependen fundamentalmente del desarrollo del sistema nerviosos, mientras que las habilidades deportivas dependen del aprendizaje y de la transmisión social.

Por lo tanto, "el desarrollo armónico de los patrones motores básicos es una condición indispensable y que resultará determinante para el desarrollo de unas buenas habilidades deportivas".

Se puede afirmar sin ninguna duda que a los seis-siete años ya se ha consumado la organización básica de la motricidad. A partir de ésta edad se desarrollará la transformación y la aplicación de dichas capacidades a la actividad deportiva y a la actividad física general (propias necesidades vitales). Este proceso durará hasta el final de la adolescencia y continuará incluso durante la edad adulta.


La evolución de las habilidades motrices a partir de los siete años se encuentra determinada por;
La aplicación de los movimientos en relación a los objetos (balones, raquetas, pelotas...).
- Factores morfológicos; aumento del equilibrio, variación en la longitud de los miembros (aumento de estatura...).
- Factores biológicos; cambios en el sistema neurológico, formación de redes sinápticas...
- Factores de orden cognitivo; eficacia en la toma de decisiones, capacidad de motivación e interés
Durante mucho tiempo se ha considerado que los deportistas eran ajenos a los procesos cognitivos (al desarrollo de la inteligencia) y que simplemente empleaban la mecanización gestual para la práctica deportiva. Poco a poco se ha ido aceptando que los deportistas a través de la práctica deportiva desarrollan inteligencia sensomotora, inteligencia
práctica, inteligencia cinestésicocorporal e, incluso no se descarta, inteligencia para el deporte.


 Se entiende como inteligencia deportiva la capacidad que posee el ser humano para aprender y realizar movimientos complejos (empleados en la actividad deportiva) con eficiencia.




Aprender significa conocer algo, por lo que el aprendizaje motor es una adquisición de conocimientos. De este modo se puede destacar el componente cognitivo que va implícito en todo aprendizaje de habilidades motoras.Cuando se habla de aprendizaje motor o deportivo se da por hecho la existencia de un auténtico pensamiento psicomotor, implicado directamente en la elaboración del un esquema interno de la representación mental, que guiará el desarrollo de la acción.

Los diferentes estudios realizados sobre el aprendizaje de las actividades deportivas han demostrado la importancia que dentro de dicho proceso tienen la atención, la memoria, la planificación o la retroalimentación. Al mismo tiempo se considera que los deportistas cuando aprenden una habilidad motriz realizan un complejo proceso de solución de problemas
 activa y cuando reciben información sobre las habilidades que deben practicar, la analizan, elaboran un plan de acción, reclaman esquemas de acción para generar una respuesta compatible con lo requerido, y mantienen o corrigen sus movimientos en función de los resultados que van obteniendo
Tras el reconocimiento de la existencia de este complejo proceso cognitivo en el aprendizaje de las habilidades motoras será importante identificar y analizar los mecanismos que están implicados en dicho proceso y establecer unas enseñanzas adecuadas para que el deportista aprenda de forma fácil y eficiente la práctica deportiva.

Mecanismos implicados en el aprendizaje de las habilidades motoras.


 Sensopercepción

Cuando los deportistas se encuentran delante del entrenador por primera vez esperan que este les diga lo que tienen que hacer y como pueden llevarlo a cabo. Probablemente todos habrán practicado el deporte con anterioridad por lo que establecerán una relación entre la información que les da el entrenador y su propia experiencia anterior. El deportista conoce qué debe realizar.
Toma de decisiones





El entrenador tras desarrollar sus explicaciones y demostraciones provocará que los jugadores comiencen a planear sus acciones y a practicar por su cuenta la actividad

deportiva. Para ello el deportista de entre todas las posibles respuestas deberá escoger la solución que considere más oportuna. El deportista decide como lo va a realizar.

Una vez seleccionado el plan de acción, la información se traslada, por un lado al mecanismo generador de movimiento, y por otro lado a la memoria para que el fenómeno del aprendizaje se vaya consolidando.
Movimiento o ejecución
El programa motor actúa sobre las unidades musculares, provocando la realización del gesto deseado. En dicho programa se establecen las especificaciones de la respuesta para que ésta posea la trayectoria, velocidad y fuerza necesarias. Además se enviará una copia de la respuesta a la zona sensorial del cerebro que anticipará las sensaciones de la acción. El deportista realiza la respuesta ejecutando la acción motriz.

Control y regulación
 Al finalizar el mecanismo de ejecución el deportista toma conciencia de lo conseguido y de cómo lo ha conseguido. Tanto los ojos, como los oídos y órganos propioceptores reciben informaciones sobre el movimiento, que deben ser utilizadas para detectar los errores y corregirlos durante la realización o con posterioridad en ejecuciones futuras.

El deportista toma conciencia de la forma en la que ejecuta el movimiento y del resultado que este produce. Con esta información el deportista ajustará el programa motor para posteriores ensayos prácticos.

El aprendizaje motor consiste en la elaboración de programas motores y la generación de mecanismos detectores del error, hechos que activan un conjunto de procesos y funciones

Como hemos visto anteriormente el deportista activa una serie de procesos cognitivos en función de la situaciones diferentes que se dan en la práctica deportiva. En esta activación se pueden apreciar diferencias individuales, pues no todos los deportistas se concentran o ejecutan de la misma manera.

Esta diferente manera de acometer y dar un respuesta motora dependiendo de cada individuo nos lleva a reconocer diferentes estilos de aprendizaje o estrategias.





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